viernes, 8 de marzo de 2013

El futuro es negro, está roto y tiene forma de pantalla



Cuando Black Mirror llegó a nuestras pantallas allá por las navidades de 2011 causó un gran impacto, pero no fue hasta bien entrado el 2012 que empezó a hablarse de ella por la blogosfera seriéfila.
La serie creada por Charlie Brooker causó impactar y también hacernos reflexionar sobre las tecnologías y como influyen en nuestras vidas. Se creía que Black Mirror sería una serie de 3 capítulos totalmente independientes, una de estas series bastante cortas que son Made in UK. Pues bien, se anunció que para 2013 llegaría una tanda de otros 3 nuevos capítulos también totalmente independientes. ¿Ha conseguido Black Mirror mantener el nivel?
Para ello, hay que hablar de los capítulos uno a uno, y sin spoilers, al menos no muy gordos.

Be Right Back.

Martha y Ash son una feliz pareja. Ash está constantemente publicando cosas en las redes sociales. Todo parece ir bien hasta que un día Ash tiene un accidente de coche y muere. Martha todavía está muy dolida con su pérdida, y justo en el funeral de Ash, una amiga que pasó por lo mismo que ella le dice que existe una red social capaz de contactar con los muertos. Este sistema lo que realmente hace es recoger toda la información que el difunto tenía en Internet, lo que publicaba, lo que decía, lo que le gustaba, etc. y recrearlo para estar en contacto o para hacer más llevadera la pérdida.
Al principio Martha rechaza esa idea, pero acabará cediendo.



¿Perturbador? Ya lo creo que sí, me dan escalofríos solo de pensar que algo así podría llegar a ocurrir. Los mensajes que he sacado de Be Right Back son qué hay que tener cuidado con lo que publicamos en las redes sociales, que todos esos datos que están en las redes sociales no sabemos lo que pueden hacer con ellos ni a dónde van a parar, y que por mucho que publiquemos nuestra vida entera en Internet, somos muy distintos de nuestro "yo" virtual.

White Bear.

La protagonista de esta historia es Victoria, que se despierta en una habitación totalmente desorientada, con pastillas derramadas por el suelo y sin saber quién es. Recorre la casa intentando descubrir alguna pista sobre ella, encuentra una foto de una niña y piensa que podría tratarse de su hija.
Acto seguido, sale a la calle para intentar pedir ayuda, pero cual es la sorpresa que todas las personas que se encuentra se limitan a grabarla con sus móviles en vez de ayudarla. Su situación empeora cuando unos extraños con máscaras y armas empiezan a perseguirla, pero el resto de la gente siguen grabando, como si nada ocurriera.
Logra refugiarse en una gasolinera, donde conoce a una chica que le explica la situación: La mayoría de personas se han convertido en una especie de zombies, simples espectadores.
Y hay más, pero contar más sería contar demasiado y quitarle todo a este capítulo, que si no habéis visto aún, no sé a qué estáis esperando.



NOTA: Las dos últimas reflexiones son un poco spoiler si has visto el capítulo, pero si no, no revela gran cosa
La principal reflexión que nos deja este capítulo es cómo muchas veces nos parece más importante grabar o fotografiar algo que pedir ayuda (triste pero cierto),
junto con cómo puede estar de acuerdo la gente en hacer determinadas cosas y cómo a veces el remedio es peor que la enfermedad.

The Waldo Moment.

El último capítulo nos pone en una realidad no tan distópica ni lejana de lo que creemos.
Waldo es el dibujo animado/mascota de un programa de televisión a quién le pone voz Jamie, un cómico un tanto fracasado. Waldo se mete con los políticos de manera brutal, pero al público parece encantarle y causa furor en las redes sociales.
Visto el éxito de Waldo, le proponen que se presente a las elecciones. Todo el mundo parece encantado con la idea, salvo Jamie, aunque debido al éxito le animarán a seguir haciendo lo que ha hecho con Waldo hasta ahora.



Con el último capítulo de la temporada, se puede sacar cómo nos influye lo que vemos en los medios hasta le punto de poder alterar nuestras propias creencias y que la política es algo serio, no se basa en el número de Me gustas ni de Retweets.


Y con esto, Black Mirror acaba su genial segunda temporada, de la que no se sabe si será la última, pero si siguen trayéndonos capítulos así, una tercera temporada no me disgustaría, ¿y a vosotros?